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Catalina Lopez

¿Cómo sanar a mi niño interior?

La energía femenina es la madre en ti que se hace cargo de la niña herida que te habita

Para sanar tu niño interior debes: 1) modificar tu diálogo interno, 2) identificar los mandatos de tu infancia para resignificarlos e 3) integrar tu Energía femenina para activar la madre en ti que se hace cargo de tu niño herido.  

1. Sana tu niño interior modificando tu diálogo interno

Una consultante me decía recientemente que había tenido un accidente en su bicicleta, y entonces pensaba “Esto es lo que faltaba. No he hecho nada con mi vida, no se qué me hace feliz, no estoy bien con mi marido, mi hija adolescente me odia y encima de todo, me accidento. Es que nada me sale bien. Es que no hago nada bien en mi vida”.

Por supuesto, ella se habla de una manera destructiva y pesimista y así lastima su capa más vulnerable y herida: su niña interior.

Ahora dime, ¿cómo te hablas? ¿Qué cosas te dices en momentos de tristeza o frustración? ¿Cómo manejas la rabia? ¿Cómo te contienes?

Este diálogo interno será dulce o duro, según como estés con tu energía femenina. Si la tienes integrada sabrás hacer maternaje de tu niña o niño interior.

Muchas veces este diálogo que sostienes contigo mism@ es la imitación de la manera como tu madre te hablaba cuando eras una niña. Si tu madre te comparó, fue dura contigo, te criticaba o te humillaba, tú ahora de adulta te hablarás desde ese mismo lugar. Y te tratarás de esa misma manera.

Tu diálogo interno también está permeado por tus pensamientos.  Tus pensamientos determinan la calidad de tu vida y crean tu realidad. ¿Piensas siempre lo peor de cada situación? ¿Te auto paniqueas con cada cosa? (“Ese avión estaba muy lleno, ¡me voy a enfermar!”, “¡nadie va a venir!”, “Hice mal el informe, ¡Me van a echar!”) ¿Piensas lo peor de las personas? ¿Normalmente desconfías de la gente? Todo esto hace parte de tu diálogo interno y nutren o lastiman aún más a tu niñ@ interior.

2. Sana tu niño interior identificando los mandatos de infancia

En otras ocasiones, la manera como te hablas puede reflejar patrones emocionales y mentales que adoptaste de niñ@. Vienen de lo aprendido. Es decir, de los comportamientos que viste en tus padres.

También pueden traer implícito mandatos que creaste con mamá o papá. “Mamá me compara con mis hermanas…». El mensaje interno que carga ese niño será «No soy suficiente para mamá”, o “Papá me felicita mucho por mis buenas notas y hace todo un show manifestando su orgullo.» El mensaje interno que creará ese niño es: «Para que papá me ame, debo ser siempre la mejor.” Se trata de mandatos de insuficiencia y autoexigencia, respectivamente, en los ejemplos dados. Eso significa que el adulto se relacionará consigo mismo y con los demás, de forma inconsciente, desde estos mensajes internos.

3. Sana tu niño interior integrando tu Energía femenina

La energía femenina es la conciencia que pones en el restablecimiento del vínculo contigo misma. Con tu parte más vulnerable. Con aquella capa de ti que carga la herida, el bloqueo o el pensamiento limitante. La energía femenina es la madre en ti que se hace cargo de la niña asustada que te habita. Es tu parte maternal que abraza tus miedos. Sin juicio, sin dureza, sin exigencia.

¿Qué madre eres para ti misma? Una madre amable y comprensiva o una dura y estricta?

Nutre la Energía Femenina en ti y revincúlate con tu niñ@ interior.

Encuentra más sobre este tema aquí: La Energía Femenina y la Maternidad

¿Quieres identificar esos mandatos de infancia para resignificarlos? Mira ya mi webinar gratuito: Integra tu Energía Femenina y ábrete el amor

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